Película Francisco y Clara de Asis

Ángel Rodrigo Vélez Bedoya | 26.07.2017

La película y la primera sesión del diplomado nos hacen muchos llamados a todos los integrantes de la comunidad académica: la consistencia y la coherencia de Francisco y Clara en sus opciones de vida a pesar de las dificultades y muy a pesar de sus condiciones sociales y económicas. Los proyectos de vida son vacíos si nos falta la capacidad de amar. Mi pregunta en este aspecto es:¿cómo hacer posible la conciliación del ejemplo de Francisco y Clara con un proyecto de vida académico que por lo general se basa en el prestigio intelectual, en la arrogancia que da el supuesto saber racional?. Aún me sigo preguntando cómo proponer el evangelio como una fuente de inspiración si lo característico de la vida académica es la seguridad del saber científico y técnico?. La actitud de diálogo, de encuentro, de escucha, de respecto, de sencillez, parecen ser algo difícil de encontrar en los contextos disciplinares. En el caso de nuestra comunidad es posible encontrar algunos espacios con sentido cristiano en los que reinan los dones del espíritu, pero en general reinan los principios de una sociedad intelectual. ¿Cuáles son las actitudes que deberíamos dejar de lado para imitar la capacidad de Francisco y Clara de Asis de abandonar su zona de confort?

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