FORO

Completamente de acuerdo con Pablo Hormiga, excepto que no llevo esas enseñanzas al aula, sino que doy ejemplo de ello, e invito a que los miembros de los grupos, no se vean como individuos, sino como agentes solidarios de un tejido humano, si participantes, pero con otros. Los planteamientos de Pablo me llevan por esta opción. Gracias

La película y la primera sesión del diplomado nos hacen muchos llamados a todos los integrantes de la comunidad académica: la consistencia y la coherencia de Francisco y Clara en sus opciones de vida a pesar de las dificultades y muy a pesar de sus condiciones sociales y económicas. Los proyectos de vida son vacíos si nos falta la capacidad de amar. Mi pregunta en este aspecto es:¿cómo hacer posible la conciliación del ejemplo de Francisco y Clara con un proyecto de vida académico que por lo general se basa en el prestigio intelectual, en la arrogancia que da el supuesto saber racional?. Aún me sigo preguntando cómo proponer el evangelio como una fuente de inspiración si lo característico de la vida académica es la seguridad del saber científico y técnico?. La actitud de diálogo, de encuentro, de escucha, de respecto, de sencillez, parecen ser algo difícil de encontrar en los contextos disciplinares. En el caso de nuestra comunidad es posible encontrar algunos espacios con sentido cristiano en los que reinan los dones del espíritu, pero en general reinan los principios de una sociedad intelectual. ¿Cuáles son las actitudes que deberíamos dejar de lado para imitar la capacidad de Francisco y Clara de Asis de abandonar su zona de confort?

La consistencia y la coherencia, idealmente muy aceptables... pero ellos no se dan a la vida porque si. Creo que son aspiraciones, que encuentran obstáculos en el camino, momentos de duda, crisis, sospechas si se camina en buen sentido o no, en otras palabras, coherencia y consistencia se hacen en el camino.
Coincido con esta pregunta ante la visión que emplea el autor de las líneas, mi estimado Ángel R.: "La actitud de diálogo, de encuentro, de escucha, de respecto, de sencillez, parecen ser algo difícil de encontrar en los contextos disciplinares". Mi apreciación se centra en la estructura relacional de la institución: si no se hace comunidad académica, si se mira al estudiante como cliente y al docente como empleado, si se reclutan docentes que siguen las instrucciones curriculares, y eso que no siempre, además que se premian individuos, no proceso colectivos, si el espacio es aquel en el cual los principios cristianos compiten con los del mercado; entonces esas actitudes hay que lucharlas a brazo partido, hay que conquistarlas en microespacios; produciendo confianzas con los de al lado... invitando a la fraternidad al hermano que se cree amenazado si se hace una observación crítica, por lo cual, cree que pierde. Los espacios no se crean, se conquistan: con esperanza, criticidad y creación. Por tanto hay que dejar la soberbia, pero en la institución hay muchos ejemplos... abundan. Con eso solo, se dan muestras de fraternidad dialogal, se escucha y al hacerlo, se enseña y se convierte en cultura institucional.

Respecto a la relación con los demás, la cual se basa en principios de respeto y valor propio. Dar sin esperar reconocimiento a cambio. Es el encuentro cimentado en los valores y ética, el pilar fundamental para generar ese punto de convergencia con el otro en la educación y la pedagogía.

Me parece bien importante resaltar el respeto como un asunto central de la identidad bonaventuriana, de allí parte la posibilidad de diálogo entre diferentes, de allí se posibilita reconocer otros puntos de vista. Creo que para ello es fundamental el cultivo de nuestras ideas para que nuestra participación sea fundamentada.

Y más allá de las relaciones pedagógicas, me parece que el llamado es para aplicar este legado en la vida diaria. Al respecto me parece que si aplicáramos el ejemplo de relacionamiento que vemos en Francisco y Clara de Asis podríamos avanzar mucho. Pues se trata de seguir los pasos más profundos, como dice Clara al inicio de la película.

Si algo nos muestran Francisco y Clara, es devoción recíproca, lealtad recíproca, confianza recíproca, interés compartido por formar comunidades emocionales basadas en el amor al prójimo y a Dios.... sacrificando sus egoísmos, placeres y propiedades. Una causa los amalgamó: el servicio con abnegación. Pero eso no se aplica, no se compra en la esquina para aplicar.... se vive en relaciones y se reproduce en relaciones. Nadie da de o que no tiene... por lo tanto.... hay que producirlo transformando las relaciones.

Creo que si aplicamos esto más allá de las relaciones pedagógicas, sino en el ámbito de la vida diaria, nuestra comunidad se diferenciaría y avanzaría mucho más en el logro de sus ideales.

Se puede comprender a partir de los contextos históricos, económicos y políticos de la época, la gallardía en la toma de decisiones de los dos personajes centrales de la historia, dónde a partir de acciones muy humanas, se logra develar la divinidad. El trato con él y hacia el otro y los otros, la compasión, el compartir de lo que falta, enfrentar realidades evidentes, la correcta elección de las palabras al transmitir el mensaje; son acciones muy humanas que pueden develar mejores seres y que puede se extrapolado a nuestras aulas de clase; no para mostrarnos como divinos, sino mas bien, para develar nuestra humanidad.

Se trataría de seguir los pasos más profundos. Así como responde Clara a Francisco al inicio de la película.